sábado, 18 de octubre de 2008

auriazul


Y es que un pequeño desconocido, un caso de película cursi, uno de esos eventos que a veces pensamos ya son imposibles en la profesionalización del futbol moderno, sucedió en Monterrey. A unos los dejó felices, a otros los traicionó en lo más hondo, pero a todos nos dejó marcados. A los que vimos lo que pasó nos recordó que el balompié sigue siendo humano, sigue estando propenso a milagros, a sorpresas, a eventos emotivos como el de hoy.

Este sábado, un chaparrito con playera prestada debutó en Primera División e hizo todo; jugó, le pegaron, provocó las faltas para los tres primeros goles y anotó el cuarto. Fue la figura por encima de Borgetti, Arellano, Fonseca, Lucas Lobos, Óscar Pérez, Felipe Baloy, Luis Pérez...

Ese desaliñado sueño hecho carne se llama Francisco Acuña y al menos por esta tarde, marcó al futbol mexicano.

2 comentarios:

Ramona dijo...

a mi nunca me ha gustado el futbol aliber
pero te mando un abrazouu

r. dijo...

ami tampoco me gusta el futbol, pero me da gusto que le hayan ganado a los rayados por engreidos. jajaja

laliiiiiii